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Arturo Zablah calificaba de ineficiente y corrupta gestión de Ávila en PNC antes de unírsele como candidato

José Luis Sanz

Publicado el 28 de Junio de 2011
Un año antes de aceptar ser su compañero de fórmula, Arturo Zablah acusaba a Rodrigo Ávila de conflicto de intereses al frente de la Policía Nacional Civil. Cables diplomáticos de 2008 revelan que Arena veía su candidatura a la vicepresidencia como una herramienta electoral pero no pensaba darle peso en el posible gobierno de Ávila.

Ni Arturo Zablah tenía la mejor opinión de Rodrigo Ávila ni el entorno del candidato arenero a presidente contaba con Zablah como pieza clave en un eventual gobierno. Cables diplomáticos de la embajada estadounidense en El Salvador revelan los silencios que hicieron posible el matrimonio de intereses entre Ávila y su compañero de fórmula para la elección de 2009, y confirman el interés estratégico que para el partido de derecha tenía la polémica candidatura del empresario, así como su creencia de que Zablah tendría un peso decisivo en la votación del 15 de marzo de 2009.

Un cable confidencial enviado a Washington el 27 de septiembre de 2007 evidencia hasta qué punto Zablah, al que la embajada presenta como “el patriarca de un poderoso clan empresarial” flexibilizó sus planes y opiniones a la hora de aceptar ser parte de la candidatura de Arena. El documento detalla un encuentro celebrado el 18 de septiembre entre oficiales diplomáticos estadounidenses y el empresario, que en aquel momento aspiraba a ser candidato a la presidencia por una coalición de partidos de centro. En la reunión estuvo también presente el entonces vocero de Zablah, Carlos Vega.

El cable, firmado por el embajador Charles L. Glazer, muestra a un Zablah decidido a ser alternativa a los dos grandes partidos y seguro de que el FMLN no podía ganar la presidencia si no concurría a las urnas arropado por una coalición. En cuanto a Arena, Zablah centra sus críticas en la crisis de seguridad del país y culpa directamente de ella a la falta de oportunidades económicas y a mala gestión de la Policía Nacional Civil (PNC), en aquel momento bajo la dirección de un hombre al que a esas alturas nadie incluía en las cábalas de aspirantes a la presidencia: Rodrigo Ávila.

Zablah pensaba que la PNC de Ávila estaba siendo “carcomida por la corrupción y la incompetencia”, y citó lo que consideraba un hecho: que el director de la Policía era propietario de una empresa de seguridad y eso representaba un “enorme e inaceptable” conflicto de intereses. La embajada anota en el cable que Ávila en realidad se había deshecho de su participación en dicha empresa al reincorporarse a la Policía en 2006, pero que los rumores de conflicto de intereses persistían. De hecho el 30 de enero de 2008, en el cable que anuncia el lanzamiento de Ávila como precandidato, la embajada se haría eco de nuevo de esos rumores, que consideraba “infundados” pero peligrosos para su candidatura.

Un año después de criticar a Ávila, Arturo Zablah aparecía sonriente a su lado en los carteles de propaganda electoral arenera.

Un anzuelo para atraer votos

La incorporación del empresario a la fórmula presidencial no fue sin embargo fácil. Un cable fechado 15 de octubre 2008 se hace eco, para empezar, de que solo tres semanas antes de presentarlo como su compañero de fórmula el mismo Ávila había negado en público que Zablah fuera a ser su candidato a vicepresidente. Además, el encargado de negocios de la embajada, Robert Blau, que firmó ese documento, aseguró que la elección de Zablah había sido “controversial” dentro de Arena, debido a que algunas de sus posiciones rompían con las del partido: “Por ejemplo, en el pasado ha abogado por deshacer la dolarización, y ha defendido incrementos en las pensiones y en el salario mínimo”. 

Zablah, hasta inicios de 2007 había sido un entusiasta crítico de los gobiernos de Arena y había publicado un manifiesto al que llamó "Alianza por el cambio", que tenía como objetivo elemental sacar al partido derechista de la presidencia de la República. Zablah, asimismo, aseguraba que las posibilidades de triunfo electoral de su Alianza pasaba por incorporar al principal partido de oposición, el FMLN. En octubre de 2008, sin embargo, Zablah aceptó la candidatura a la vicepresidencia por Arena.

Ese mismo cable del 15 de octubre de 2008 recuerda que al día siguiente de la postulación de Zablah, diversos periódicos recogían la tesis de que el empresario había aceptado el puesto a cambio, entre otras cosas,  de garantías de control sobre el área económica del gobierno en caso de ganar las elecciones. Esa hipótesis queda sin embargo desmontada por declaraciones privadas de René León, embajador de El Salvador en Washington y coordinador de campaña de Ávila, recogidas en un cable del 3 de noviembre. En ellas, el diplomático arenero anticipó que, si la derecha ganaba la elección presidencial, “la luna de miel entre Ávila y Zablah”, según sus propias palabras, sería corta. “Quizás solo dure tres meses. Llegados a ese punto, ambos querrán un divorcio”. Zablah no hubiera sido protagonista en un eventual gobierno arenero y su fichaje fue, por lo que reflejan los cables de la embajada, solo una inversión a corto plazo.

El cable del 15 de octubre, enviado apenas seis días después del anuncio del candidato a la vicepresidencia, cita al ex canciller Óscar Santamaría, miembro del Consejo Ejecutivo Nacional de Arena (Coena) y asesor de política exterior del candidato Ávila, que dijo a diplomáticos estadounidenses que consideraba la incorporación de Zablah un “punto de inflexión” para la candidatura arenera en términos de atracción de los votantes de centro. 

También León pensaba que la incorporación de Zablah sería decisiva para una victoria en marzo de 2009. El cable del 3 de noviembre relata que este esperaba que su incorporación reforzara las promesas de Ávila de terminar con los abusos de poder desde Arena y simbolizara, entre otras cosas, el distanciamiento de Ávila con el presidente Antonio Saca y “los rumores de corrupción en su administración”. 

León confiaba en que para finales de 2008, con el impulso de Zablah, Ávila estuviera al frente de las encuestas de intención de voto por al menos dos puntos, aunque consideraba “irreal” la previsión de otro de los coordinadores de la campaña arenera, César Funes, que internamente pronosticaba una ventaja de cinco puntos para diciembre. Finalmente, el año terminaría con las encuestas a favor de Funes por un margen de 17.3 puntos según la UTEC y de 16 según el IUDOP.

El optimismo, en todo caso, no era completo. En el mismo cable, León criticó la selección de candidatos a diputado hecha por Arena, porque según él, al no incluir muchas caras nuevas, no generaba “ilusión entre los votantes” (de cara a la campaña), y no incluía a expertos en defensa, seguridad y políticas fiscales, por lo que tampoco dejaba a Arena “bien posicionada” en el caso de que tuviera que pasar cinco años en la oposición.

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